Hasta los años 70's se podía observar en calles y avenidas del municipio de Amatitlán, grandes fuegarones frente a las casas de los vecinos; cuando la campana del reloj de la iglesia parroquial apuntaban las 6 de la tarde se prendía el fuego, muchas personas mayores desían que hera el preámbulo para la navidad. Los cohetillos, ametralladoras y bombas de trueno de luces de colores le daban ese toque mágico; algunos aprovechaban quemar colchones que ya estaban fuera de uso, otros quemaban paja, que traían del cerro del filón.
Poco a poco a ido decayendo esta costumbre. El día de ayer hicimos un recorrido por diferentes barrios y pudimos constatar, que ha bajado considerablemente la participación de los vecinos en esta actividad, según autoridades dicen que se contamina el ambiente (juzgue usted), pero los medios de transporte lo contaminan a diario, durante todo el año y pareciera que ellos no están entoxicando el ambiente.
¿Qué estará afectando ésta tradicción?.
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